Entrevista a Eliana Busch

Una gran labor ha realizado Virginia Reginato en todo, no sólo en el deporte

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Desencantada llega a esta Casa del Deporte una experimentada nadadora, equitadora y cultora de variadas disciplinas. Eliana Busch Herrera (78), valdiviana que se afincó en la CIUDAD DEL DEPORTE en 1960 -“desde que mi esposo Mario Fuentes Fernández, fallecido capitán de Ejército, se trasladó al regimiento Coraceros”-, ingresa a nuestras oficinas masticando frustración por la insuficiente cobertura que, según ella, tuvo un Sudamericano de Natación y para reseñar diversos tópicos del deporte de antaño y del de nuestros días.

¿Cuál es el motivo de su presencia en nuestra redacción?

Me llama mucho la atención que un evento de tal importancia, como el Sudamericano Juvenil de Deportes Acuáticos realizado recientemente en la Escuela Naval de Playa Ancha, no haya tenido la difusión que merece. Estamos hablando de un Sudamericano, no de cualquier competencia.

En los diarios La Estrella y El Mercurio de Valparaíso fue difundido el certamen. Incluso en medios metropolitanos…

Yo, sinceramente, no leí ni escuché nada en ningún medio. No vi información de ese campeonato, y estuve bien atenta… Le aclaro y explico bien: antes del certamen, no vi nada, después y ahora que está culminando sí he visto, ahora que usted me muestra los diarios de acá de la zona. Estando en Santiago, algo muy fugaz vi u oí. Un torneo de esa trascendencia, disculpe que sea testaruda, merece más consideración.

“Frustrada he estado, qué quiere que le diga, además, me llama poderosamente la atención que en Chile la Federación de Natación no tenga contacto con viejos deportistas. Yo aún me siento útil, sirvo, me siento joven y vital a mi edad”, prolonga Eliana Busch.

Entonces, la Federación no invita a ex deportistas a ceremonias y a presenciar torneos…

A ninguno. Debería hacerlo por educación, por nuestra experiencia y por respeto a la historia. Por cortesía por último. No sé quiénes comandan la Federación de Natación hoy… Al ATP de Viña invitaron a (Patricio) Cornejo, (Belus) Prajoux y a otros tenistas destacados que están retirados. Así debería ser con todas las federaciones, deberían preocuparse un poco más de sus viejas glorias y acordarse de la historia.

La natación ocupa un lugar muy importante en su vida…

Sí, y todo el deporte. La natación es un deporte tremendamente sacrificado, además, es hermoso y exigente. Muy poca importancia le dan, lamentablemente. Kristel Köbrich, por ejemplo, se tuvo que ir a Argentina porque acá jamás ha encontrado una piscina abierta a las cuatro de la mañana. Y hablo de ese horario porque después un deportista debe estudiar y compartir un rato con su familia.

¿Desde cuándo hace deportes?

A los nueve años empecé, saque la cuenta. Una vida entera. A esa edad empecé a hacer natación en el Club Alemán de Santiago, que estaba en Providencia, en Carlos Antúnez con Los Leones. Fui campeona nacional desde infantil a adulta, hasta el año 65. Mi fuerte era el estilo crol.

Mencionó la equitación también…

Claro, otro de los deportes que más quiero. Siendo muy niña aprendí a andar a caballo, lo hacía mal pero lo hacía (se ríe). Empecé a cabalgar en el mismo Club Alemán y fui campeona nacional dos veces. Es un deporte sumamente elegante, mi marido también fue un destacado equitador. Mi hijo Mario (55), que vive en Santiago, siguió los mismos pasos… Es que el deporte es muy importante, hay que practicarlo como sea. A propósito de mi hijo, tengo dos. Paulina es la menor (51), ella reside en Iquique, y nietos tengo seis, de entre once y 31 años.

Con nostalgia y legítimo orgullo revela un reciente episodio anecdótico: “Hace menos de un mes, en la Plaza Victoria de Valparaíso, encontré dos revistas Estadio viejas. Una de 1950 y la otra del ’52, y en ambas portadas aparezco yo como nadadora. Se las traeré… ¿Usted conoció la Estadio? Esa revista sí que publicaba todo, les daba muchísima importancia a los deportistas nacionales, a todas las disciplinas. La echo mucho de menos, tenía periodistas de excelencia que escribían de todo: Julio Martínez, Míster Huifa (Renato González), Don Pampa (Carlos Guerrero), Edgardo Marín que está vivo y aún vigente…”

Harto deporte, señora Eliana… ¿Qué más?

Ando a caballo aún, hago clases en Torquemada y en Santiago, en un terreno de una casa particular de una amiga. Le hago clases a un grupo de amigas y a sus hijas. Hago de todo: ping pong, tenis, lo que sea. Gimnasia todos los días, cuando estoy cocinando me muevo, bailo. Y camino mucho, algo tan simple e importante. ¡Y gratuito!

¿Qué impresión le provoca el actual momento del deporte nacional?

Menos mal que está la Casa del Deporte. Desde hace mucho tiempo que estoy impactada con el deporte nacional, por la mala organización. Pero he visto que ustedes hacen muchas cosas… Oiga, si el fútbol no es el único deporte que existe. La Casa del Deporte está muy bien ubicada, por algo he pasado hoy para preguntar sobre temas que nos importan. Le digo más: jamás en nuestro país han designado un director nacional, que a mi juicio sepa de deportes. Todas las personas que han estado en estos cargos, han llegado a dirigirlo por motivos que escapan al tema. Llegan por amistad o por razones políticas… En cambio, en el deporte de Viña no se ve eso, se lo digo con una inmensa sinceridad y responsabilidad.

¿Y el deporte viñamarino?

Ha mejorado ostensiblemente, llevo más de cincuenta años acá. Hay una gran cantidad de gente haciendo deporte, no me cabe duda que eso es un mérito municipal, de ustedes, del trabajo en todos los barrios. Lo noto desde que vi esta casa instalada aquí. Lo que digo es evidente, están las maratones, ciclismo, triatlones. He visto de todo, bicicross, muchas actividades. Se han inventado otras, además. Se ve gente corriendo en la calle, en la costa, cosa que antes no se veía en Viña.

¿Lo que asevera puede obedecer a la gestión de la alcaldesa Virginia Reginato?

Absolutamente. Me encanta la Coty, la conozco. Ha hecho una labor general notable, regia en todo. Ella es una gran persona, excelente, llena de simpatía y de llegada. Una gran labor ha realizado Virginia en todo, no sólo en el deporte. Le dije, una labor general notable.

Su parecer del “todopoderoso” fútbol…

No es un deporte, es una profesión. Hay mucha plata en el fútbol, está todo pagado, incluido el periodismo. No sé mucho de fútbol, pero están todos pagados y por lo poco y nada que me interesa, entiendo que no ha ganado nada. Salvo la importancia que tuvo el Mundial del ’62, después casi no le conozco resultados realmente importantes. No recuerdo.

¿Qué señala ahora que le mostramos los resultados del Sudamericano de Natación?

Me parece excelente. Una muy buena cosecha, impresionantemente buena para la natación de los últimos tiempos. Antes Chile, hablo de hace varias décadas, competía a un muy buen nivel sudamericano e internacional. Hoy, sólo tenemos a Kristel Köbrich. Con las medallas ganadas ahora en Valparaíso, alrededor de quince, y aunque no sean todas de oro, me parece excelente el rendimiento.

“Ojalá hagan pronto una piscina olímpica en Viña, de cincuenta metros. En Chile hay muy pocas. La única que teníamos, me siento viñamarina, estaba en 8 Norte con Avenida Perú y el terremoto de 1971 la destruyó. Ha pasado mucho tiempo, demasiado. Pero conociendo a Virginia (Reginato) y su trabajo, creo que se preocupará de esa gran necesidad deportiva mientras esté al mando de la municipalidad”, ultima con rigurosa pasión y franqueza Eliana Busch, inextinguible deportista.

 Por Mario Ramírez Escudero

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