FELIPE ALTAMIRANO: “La Casa del Deporte no le falla a ninguna organización viñamarina”

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“Queremos que la CIUDAD DEL DEPORTE, Viña del Mar, siga siendo la región de Chile donde más se haga deporte y que el ciclismo recupere el sitial que le corresponde. Es una apasionante disciplina que, durante décadas, dio protagonismo y notoriedad internacional al deporte de nuestro país”, expresa con sumo entusiasmo Felipe Andrés Altamirano Palma (27) a Javier Aravena, director y motor de la CASA DEL DEPORTE, antes de acomodarse al escritorio de este redactor para entregar los propósitos y metas que su incipiente club se ha trazado para 2013. Vicepresidente del CLUB DEPORTIVO RUTA 6.8, Felipe Altamirano -vecino de Recreo Alto- lidera desde hace ocho meses la entidad del pedal y el manubrio junto con José Miguel González Riffo, presidente de la orgánica. “Somos un club nuevo, oficialmente fuimos fundados en abril de 2012. Nuestra meta es masificar en Viña nuestra actividad y qué mejor que contar con el apoyo de la Casa del Deporte, que respalda  a todas las disciplinas e instituciones”, puntualiza el técnico radiólogo que hoy prospera estudiando Pedagogía Básica en Lenguaje en la Universidad de Playa Ancha. “Un cambio súper radical”, apunta el directivo en relación a lo académico y próximo a acatar el cuestionario que sucede.

Felipe Altamirano

Cómo llegaste a la Casa del Deporte, Felipe?

Fue simple y rápido. Nos acercamos a la municipalidad para entregar una carta a la alcaldesa Virginia Reginato, y ella nos dijo que teníamos que conversar con don Javier Aravena, el director de la Casa del Deporte, y con su equipo. Que este era el sitio ideal, que acá encontraríamos atención y apoyo seguros.

¿Y hallaste lo que te garantizó la ALCALDESA DEL DEPORTE?

Absolutamente. Por algo apelamos a ella, sabíamos que acá encontraríamos la ayuda necesaria. Se nota el compromiso que la Casa del Deporte tiene con sus vecinos, además, se respira mucho entusiasmo en estas oficinas. Noto mucha preocupación; ahora mismo está lleno de dirigentes y deportistas pidiendo apoyo y orientación.

Tu club tiene corta vida, ¿cuántos ciclistas lo integran?

Tenemos cuarenta integrantes, ciclistas de entre 16 y 80 años. De más edad, incluso. El mayor tiene 84, don Enrique Padró Arenillas, hermano de don Óscar, un dirigente que lleva 65 años vinculado al deporte de Viña. Conocemos a don Óscar, es muy importante y respetado en nuestra ciudad. Y con las variadas actividades que hemos realizado en las últimas semanas, creemos que el número de deportistas incrementará. Tenemos corredores en todas las categorías: inicial debutante, juvenil, Master A y B, adulto senior.

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¿En qué lugar se reúnen para organizarse? ¿Tienen sede, esperan algún espacio que les otorgue la Casa del Deporte?

Ideal sería tener un lugar más estable para juntarnos. Habitualmente lo hacemos en una casa que está en 1 Norte, en la de un socio y ciclista del club. En ella hacemos reuniones para planificar y proyectarnos. Ojalá podamos reunirnos en un sitio cómodo y amplio para ir asumiendo más formalidad; tenemos toda la fe en que ustedes nos puedan brindar ese sitio que precisamos. Sé, y la gente de mi club también, que la Casa del Deporte no le falla a ninguna organización viñamarina.

El reciente viernes 21 de diciembre fue importante para ustedes…

Bastante importante porque pudimos mostrar a la comunidad, en un acto que contó con harto público, la indumentaria que nos donó la municipalidad y la Casa del Deporte. Se trata de trajes muy lindos para nuestros ciclistas que están estampados con el lema VIÑA CIUDAD DEL DEPORTE, los que lucimos en una importante ceremonia: en el “Vamos”, en la Apertura Oficial de los Juegos Odesur 2014, que tendrán como subsede a Viña. Fue una linda oportunidad que nos permitió sentir el apoyo de las autoridades municipales, y de palpar el férreo compromiso que la alcaldesa Virginia Reginato le da al deporte.

¿En qué pistas han entrenado y competido?

En Longotoma, Quilpué y en La Ligua. Hemos andado bien y, lo que más nos preocupa en nuestro primer año, hemos ganado experiencia. Pero nuestro gran objetivo es cautivar y sumar más adherentes, impulsar y fomentar el ciclismo. Revivirlo. En Viña hay pocos clubes, para eso estamos trabajando con esfuerzo. Falta un velódromo o un lugar adecuado, uno que convierta a la ciudad en la capital del ciclismo de Chile. Viña merece ese centro, por algo es la ciudad que más actividad deportiva realiza en el país.

Rescatar el ciclismo viñamarino. Y el chileno por añadidura. Ese es el mayor anhelo de Felipe, del mandamás del Ruta 6.8 y de sus céleres esprínters. Resurgir un ejercicio que, otrora -entre los años 30 y 80-, fue calificado actor en el ámbito sudamericano y panamericano. Que tuvo en el velódromo El Tranque, uno de los más tradicionales y vetustos, inolvidables jornadas internacionales desde los albores del siglo XX. Desde el 15 de septiembre de 1929, exactamente, cuando fue inaugurado por el alcalde Gastón Hamel de Souza con siete carreras protagonizadas por exponentes de diversas zonas del país, y con tres de motociclismo. Una pieza de esa historia que se sabe, se admira y se respeta aunque no se haya vivido a propósito de lo que nos convoca en estos renglones. Una historia que llega a su ocaso -El Tranque o Sausalito- conforme a la inexorable demanda de la modernidad: un flamante coliseo, imperativo, que no perdona a los patrimonios ni a los románticos. Tendremos que exclamar, entonces, con vahos de nostalgia, ¡adiós viejo y amado Sausalito; bienvenido nuevo recinto de la Ciudad del Deporte!

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En lo individual, Felipe, ¿en qué categoría participas, cuándo debutaste…?

Pertenezco a la categoría de ruta, una de mis primeras carreras fue en Longotoma, cerca de La Ligua. He participado en la categoría Master B, en 100 kilómetros de fondo. El fondo es una modalidad, lo aclaro porque tú sabes que el ciclismo no es fútbol, no muchos entienden los códigos y términos que usamos… Bueno, de acuerdo a los resultados, mi puesto está más en la “MB” que en ruta. Y actualmente, junto a mis compañeros, estamos enfocados más al entrenamiento que a la competencia, al trabajo en equipo para prepararnos bien para el 2013.

Ahora que no están inconexos ni insipientes del deporte local, ¿qué ves en la CIUDAD DEL DEPORTE?

Veo una imagen fuerte, mucho deporte en general. También recreación y posibilidades para personas de todas las edades y condición social. La Casa del Deporte tiene muy claro que no sólo la alta competencia es importante, también lo es la parte recreativa, el trabajo con los niños y con los adultos mayores. Repito, el deporte es muy fuerte en Viña, se ve todo el año y en todos sus sectores. Yo jugaba rugby, un deporte que también tiene harta importancia en nuestra ciudad.

Desde que pedalean luciendo las tricotas de VIÑA CIUDAD DEL DEPORTE, ¿han notado algún impacto, algo que cautive a quienes ven la caravana de tu club?

¡Sí! A pesar del corto tiempo que andamos con los nuevos trajes, se nos han sumado más ciclistas. Son muy llamativas las tenidas, atraen bastante a los niños especialmente, y sabemos que ver hartas bicicletas corriendo a una velocidad importante, es algo igualmente atractivo. El domingo 23 de diciembre, cuando nos reunimos en la Plaza México de la Avenida San Martín, al lado del casino, causamos algo de revuelo. Claro, andábamos con la nueva ropa… Queremos representar a Viña en todos los eventos que podamos. Viña, por el gran trabajo deportivo que ha hecho desde que asumió la alcaldesa Reginato en 2005, merece más triunfos. Tenemos muchos proyectos, el más importante es participar en la próxima Vuelta a Chile.

Viña del Mar, Ciudad Mágica, pronto oirá otro argot: prólogo, contrarreloj, pelotón, escarabajo, embalaje, tricota amarilla serán parte del lenguaje que el Ruta 6.8 dará al reverdecido escenario velocípedo de la bella CIUDAD DEL DEPORTE.

Por Mario Ramírez Escudero