CARLOS NÚÑEZ: «Viña es la mejor ciudad de Latinoamérica, por el deporte, turismo y tantas cosas»


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La CIUDAD DEL DEPORTE, Viña del Mar, cuenta con un dirigente denodado, laborioso, dinámico, dedicado en extremo. Un puntal que ha derramado su alma y vocación en los designios de su organismo. Un hombre que en 1962, ¡con sólo 16 años de edad!, ya fraguaba y presidía un club. Uno amateur, su gran pasión: el deporte y fútbol aficionados, el de los barrios y cerros viñamarinos, de los que emanan talentos que nutren las canteras de enseñas profesionales. De Everton, Wanderers, San Luis, Unión La Calera, de planteles de muchas plazas de la provincia, no sólo de lCiudad Bella.

CARLOS GABRIEL NÚÑEZ GALLARDO («tengo nombre de artista, de cantante”, apunta el entrevistado), «Don Lito» para toda la afición de la Quinta Región, ha dejado huella en la actividad deportiva por la que ha transitado estableciendo disciplina, fervor, idoneidad, competitividad y, por sobre todo, amor por su opción y calidad de vida.

«Soy viñamarino neto, nací en el Hospital Gustavo Fricke el 19 de noviembre de 1946 y fui criado en el barrio Las Colinas junto a seis hermanos. Yo fui el menor. Mis padres, Aida y Félix, me inculcaron el deporte desde muy niño, especialmente mi papá que fue presidente de la Asociación de Fútbol Viña del Mar, la más antigua de mi ciudad», refiere al inicio Carlos Núñez, Don Lito para sus pares, jugadores, árbitros, hinchas y autoridades de la Ciudad Soñada. Dudo que haya un rincón en la tierra de la Quinta Vergara, de Sausalito, del Sporting Club, de Caleta Abarca, del Marga Marga, del Casino de Viña o de 5 Oriente con 7 Norte donde se ignore quién es este directivo casado con doña Cecilia Wegnener Marín y padre de Luis, Verónica, Ester, Rodolfo, Carlos, Venita, Karen, Carla y de Cristián. «Tengo 26 nietos y cuatro bisnietos. He tenido fortuna, tengo una familia numerosa que día a día me motiva para trabajar por ella y por el deporte», exterioriza este respetado wanderino nacido en área evertoniana, que en 1958, cuando El Decano obtuvo su primer título con Raúl Sánchez, Armando Tobar, Jesús Picó, Reinaldo Coloma, Aldo Valentini, Carlos Hoffman y compañía, se mudó a Nueva Aurora, su residencia hasta hoy.

¿Por qué es wanderino, don Carlos? Lo veo más en Sausalito que en Playa Ancha (ríe).

Soy wanderino de nacimiento por culpa de mi papá, él era fanático de los porteños. Crecí viendo a Wanderers y lo sigo siempre, aunque, la verdad, mi gran club es el fútbol amateur.

¿Jugó fútbol?

Sí, claro. Me inicié en las infantiles del club Las Colinas, jugaba de defensa central dirigiendo desde el fondo a mis compañeros de zaga.

Usted siendo adolescente participó en la instauración de un club. Un caso excepcionalmente inusual, singular… 

El año 62 fui uno de los fundadores del Club Deportivo Juventud Unida, que pertenece a la Asociación de Fútbol Nueva Aurora. Fui presidente de ese club durante varios años. En 1990 pasé a integrar el directorio de la asociación como tesorero y desde el 2000, hasta hace un mes, fui presidente. Cuando dirigí al Juventud Unida desde el ’62, tenía 15, 16 años.

¿Qué logros trascendentes alcanzaron bajo su mando?

La reparación del complejo José Domingo Rojas, mejoras en camarines, galerías y en la reja perimetral. También adquirimos el alumbrado, algo importante para la práctica del fútbol en esta época que oscurece más temprano.

¿La asociación es propietaria de las instalaciones descritas?

El estadio es propio, lleva el nombre de un ex presidente. Cuando fui elegido para dirigir la institución, precisamente reemplacé a don José Domingo. En 1995 iniciamos la construcción del complejo gracias a la ayuda de nuestra municipalidad, cuando el alcalde era Jorge Santibáñez Ceardi. Felizmente, lo que tenemos nos pertenece.

Don Carlos, ¿está conforme con lo que deja a la nueva directiva de Nueva Aurora?

Totalmente. Entregué un complejo con cuatro cómodos camarines, baños públicos y un terreno y sede propios. Estoy satisfecho, creo que con los dirigentes que me acompañaron hicimos un trabajo dedicado y apasionado. Por el bien de nuestras series infantiles principalmente.

Como toda Viña, usted es cercano a la ALCALDESA DEL DEPORTE, doña Virginia Reginato Bozzo. Dé su juicio de ella… Estas páginas se ven en todo Chile y en muchas latitudes  del mundo.

La conozco desde que era concejal, de cuando presidía la Comisión de Deportes del Concejo Municipal. Ella no es nueva en esto del deporte. Fui asesor deportivo de la alcaldesa, que ha ayudado mucho a nuestra asociación. Gracias a ella formamos, ente otras obras, dos campos deportivos. Nuestro sector es grande, por lo mismo es mucha la gente que agradece su gestión y permanente apoyo. La señora Virginia jamás ha dejado de ir a una premiación o aniversario nuestro, todos los años nos acompaña. Y no lo hace por política, a ella no le interesa eso.

¿Cuándo están de aniversario?

El 10 de agosto. Ese día la asociación cumplirá un año más de vida, fue fundada en… me olvidé del año. Pregúntele a Carlos Ramírez, del Fondeve, departamento de la Casa del Deporte que tiene la base de datos de todas, de la gran cantidad de instituciones que tiene Viña: fechas de fundación, directorios, todo tipo de información (fue fundada en 1967).

Usted es parte de esta Casa del Deporte asimismo. Diariamente lo veo preocupado de los balones, redes, camisetas, buzos, de una gran gama de indumentaria.

He tenido el agrado de trabajar en la Casa del Deporte desde que la señora Virginia la fundó en abril de 2005. Primero estuvimos en las oficinas de Dideco (Dirección de Desarrollo Comunitario), en 11 Norte con 2 Oriente. Ese año llegué junto al director Javier Aravena. Éramos pocos y ha tenido un crecimiento y desarrollo impresionantes.

¿A quién más le asigna gratitud y reconocimiento?

En mi retiro, en un mes más, debo reconocer la ayuda del director de nuestra Casa del Deporte, don Javier Aravena, y de la señora María Angélica Maldonado, jefe de gabinete de la municipalidad. Ambos, desde que acompañan a la alcaldesa, siempre se han preocupado del fútbol amateur y de todos los deportes. Y le repito, a la señora Reginato, una auténtica amiga a la que siempre agradeceré lo que ha hecho por nosotros.

Sintetice su paso por la municipalidad y por el deporte…

Difícil en pocas palabras. Han sido largos años de sacrificio, satisfacciones, de éxitos y derrotas; no siempre se gana. He trabajado en lo que más me gusta, eso es impagable, y con gente muy valiosa. No puedo dejar de mencionar a don Gonzalo Ibáñez Santa María, ex diputado de la Quinta Región. Él, que también nos ayudó a tener muchas cosas, fue una persona importante en nuestra comuna y en la creación de la Casa del Deporte junto con don Javier Aravena… Me voy con la frente en alto, más que con pantalones largos diría que me voy con terno, con frac.

¿Queda en buenas manos la cuadragenaria Asociación Nueva Aurora?

Sí. Sé que los integrantes del nuevo directorio que ya encabeza Marcelo Calderón trabajarán a la par, no defraudarán. Es un grupo joven, al que ayudaré y asesoraré. Tiene once clubes ordenados y con ganas de seguir creciendo.

¿Qué significa para usted la Casa del Deporte?

Es mi segunda habitación, mi segunda casa. Le decía, éramos pocos funcionarios el 2005 cuando comenzó el proyecto. La Casa del Deporte pasó a ser algo grande, a la que llegó gente profesional, con títulos. Eso causa satisfacción a una persona de mi edad, ver que los jóvenes tengan posibilidades de tener deporte y recreación gratuitos. Me iré feliz jubilado, ojalá con la alcaldesa reelecta, algo que así será. No tengo ninguna duda, si todo Viña la respeta por su gran trabajo. Cuando yo era más joven, no existía esto; si hubiese existido, tal vez pude haber sido futbolista profesional. Por qué no.

Y Viña, la CIUDAD DEL DEPORTE…

Primero le digo que la juventud debe aprovechar todo lo que ha hecho nuestra alcaldesa, en todas partes de Viña hay recintos deportivos, piscinas, complejos… Viña, la Ciudad del Deporte. Eso es, ¡CIUDAD DEL DEPORTE! Es la mejor ciudad, yo diría que la mejor de Latinoamérica, por el turismo, deporte, por tantas cosas. Me ha tocado viajar, conozco varias ciudades de otros países y no he visto lo que hay en Viña. Estaré siempre apoyando al deporte amateur de mi ciudad, lo que más quiero junto a mi familia.

Carlos Núñez, líder natural de su agrupación deportiva, la Nueva Aurora, seguirá en los camerinos, gradas y al borde del campo, sobre la línea de cal. Preocupado, primordialmente, del semillero, de las camadas que militarán en las plantillas estelares de la CIUDAD DEL DEPORTE. Es joven, pleno, sólo 66 años, verde como los pinos… Un fragmento de la vida y obra de Carlos Núñez, Don Lito.

Por Mario Ramírez Escudero

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